Los evangélicos de Bielorrusia piden paz y justicia

Un grupo de pastores preocupados de 50 iglesias ha publicado una “Carta abierta al pueblo bielorruso”. Se dirigen a los líderes políticos y les advierten de cualquier abuso de poder. También les señalan la responsabilidad última de todos los bielorrusos ante Dios.

  · Traducido por Rosa Gubianas

25 DE SEPTIEMBRE DE 2020 · 20:35

Manifestación pro-democracia en Bielorrusia, en verano de este año. /<a target="_blank" href="https://unsplash.com/@arnidan">Andrew Keymaster</a>, Unsplash CC,
Manifestación pro-democracia en Bielorrusia, en verano de este año. /Andrew Keymaster, Unsplash CC

Las elecciones presidenciales bielorrusas celebradas el domingo 9 de agosto de 2020, en las que el actual presidente Alexander Lukashenko fue declarado oficialmente ganador con el 80% de los votos, dieron lugar a protestas masivas de la población.

Lukashenko está en el poder desde 1994 y es considerado por los observadores occidentales como el último dictador de Europa. Según los enviados internacionales las elecciones no fueron ni libres ni justas. La candidata de la oposición Sviatlana Tsikhanouskaya afirmó haber obtenido una victoria decisiva en la primera vuelta con al menos el 60% de los votos y pidió a Lukashenko que iniciara negociaciones. El presidente rechazó cualquier acuerdo y en su lugar envió sus fuerzas policiales a los manifestantes. 

Muchos países y organizaciones internacionales, incluyendo la Unión Europea, el Reino Unido y Canadá, se negaron a aceptar el resultado de las elecciones. La Unión Europea impuso sanciones a los funcionarios bielorrusos considerados responsables de "la violencia, la represión y el fraude electoral". No obstante, la mayoría de los líderes de la oposición se han visto obligados a abandonar el país o son detenidos junto con miles de manifestantes.

La Iglesia Católica, en contraste con la Iglesia Ortodoxa de Bielorrusia que es la fe predominante en este país, estrechamente ligado a Rusia, ha permanecido en silencio en gran parte y eligió un bando. Hanna Baraban, una periodista y analista política bielorrusa, escribe: "Durante la crisis actual, la iglesia católica ha sido más abierta que la ortodoxa porque ha preservado su neutralidad política, así como sus principios religiosos y morales. Los sacerdotes católicos han condenado la violencia y han proporcionado un gran apoyo espiritual al pueblo de Bielorrusia". Los obispos católicos bielorrusos han pedido calma y un diálogo abierto entre los manifestantes y el gobierno. El arzobispo Tadeusz Kondrusiewicz, que preside la conferencia de obispos de Bielorrusia, hizo un llamamiento el 11 de agosto a todas las partes para que cesen los actos de violencia. "En este momento crucial de nuestra historia, en nombre del Dios de la misericordia, el amor y la paz sin límites, pido a todas las partes del conflicto que pongan fin a la violencia. Que sus manos, creadas para el trabajo pacífico y los saludos fraternales, no levanten ni armas ni piedras. Que la fuerza del argumento, basado en el diálogo, en la verdad y el amor mutuo, prevalezca sobre el argumento de la fuerza."

La gran mayoría de las iglesias evangélicas de Bielorrusia, tradicionalmente menos comprometidas políticamente, guardaron silencio. "La política no es de nuestra incumbencia", explicó un destacado pastor. "Estamos allí para orar y ayunar por la paz en nuestro país". Los otros líderes evangélicos estarían de acuerdo con esta opinión. Pero ahora, un mes después de las elecciones, un grupo de pastores evangélicos preocupados de 50 iglesias de todo el país publicó una "Carta abierta al pueblo bielorruso". Descarga aquí la versión completa de la carta (en ruso).

La carta se dirige a los líderes en el poder, les advierte de cualquier abuso de autoridad, ya que esto resultará en un desastre nacional y apunta a la responsabilidad última de todos los bielorrusos ante Dios.

En su análisis de los actuales disturbios masivos, mencionan el motivo de los mismos: el pueblo bielorruso ha perdido la confianza en el gobierno y en las acciones anárquicas de las fuerzas de seguridad hacia sus propios ciudadanos. La carta abierta exige una acción inmediata en cuatro áreas:

1. Poner fin a toda violencia contra los ciudadanos pacíficos de la oposición en Bielorrusia y a todas las formas de tortura de personas inocentes, detenidas y condenadas injustamente a años de prisión. Esa violencia es la mayor violación de la ley del Estado, así como del mandamiento de Dios.

2. Liberar a todas las personas injustamente detenidas y condenadas, que se manifestaron pacíficamente contra el gobierno desde la prisión. Tales detenciones violan las leyes constitucionales de la República de Bielorrusia (RB). Las personas que cometieron esos delitos deben ser acusadas de acuerdo con las leyes de la RB.

3. Examinar las elecciones presidenciales, ya que la mayoría del pueblo bielorruso no cree en los resultados oficiales y, en caso de fraude comprobado, anunciar y realizar nuevas elecciones.

4. Restablecer una fuerza de seguridad y un sistema jurídico justos y fieles en Bielorrusia y la confianza del pueblo bielorruso en el gobierno. Los que han violado la ley y han cometido delitos deben ser castigados.

La carta abierta alienta al pueblo bielorruso a expresar sus derechos constitucionales legales mediante un diálogo pacífico con quienes comparten opiniones alternativas y a retirarse de cualquier acción que pueda dividir a la nación; en cambio, deberían trabajar por la reconciliación de la sociedad. Se hace un llamamiento especial a los cristianos, que están llamados a procurar la justicia, la paz y la reconciliación en la nación.

Por lo que yo sé, éste es el primer llamamiento evangélico que se hace a los cristianos y no cristianos a una acción justa, pacífica y reconciliadora en Bielorrusia. En la antigua República Soviética los evangélicos siempre se han enfrentado a la persecución y rara vez se les ha ofrecido la oportunidad de actuar políticamente.

No parece que el presidente Lukashenko vaya a escuchar la voz de los líderes evangélicos. Más bien existe el peligro real de que los firmantes de la llamada sean interrogados, perseguidos, arrestados y torturados como muchos otros antes que ellos.

Pero la sociedad escuchará. Los evangélicos no se escondieron, están con el pueblo. Y esto levantará el coraje. Y esperamos que las iglesias evangélicas de todo el país escuchen y sigan el llamado de sus valientes líderes. Y los evangélicos de todo el mundo deben orar por la protección del Señor. Que el Buen Dios conceda a la gran nación de Bielorrusia democracia y libertad.

 

Notas

[1] Tony Wesolowsky: ¿Intervención divina? La Iglesia Católica en Bielorrusia se pone del lado de los manifestantes anti-Lukashenka. 5 de septiembre de 2020(10.09.2020).

[2] Ver aquí.

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