La violación de Dina

La violación de una mujer es un atentado contra las leyes de Dios y enemiga de la vida misma, destrucción de lo creado.

11 DE MARZO DE 2021 · 22:00

Foto de <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@kelli_mcclintock?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Kelli McClintock</a> en Unsplash CC.,
Foto de Kelli McClintock en Unsplash CC.

Este artículo sustituye -a petición mía- al que publiqué sobre la violación de Dina; ya que ha creado tanta controversia. Algo a lo que yo estaba ajeno.

Siento de corazón que ese artículo haya dado lugar a pensar que yo estoy a favor de justificar o dulcificar la violación. Viendo esa mala interpretación de mi intención al escribirlo, sin duda es posible que le faltase  énfasis o claridad a una parte de mi escrito.

Pero me siento ofendido cuando se ha pensado de mí que estoy a favor de la violación de las mujeres. ¿En qué cabeza ha podido caber eso? ¿Se me conoce lo suficiente para deducir que pueda apoyar tan monstruosa barbaridad?

En mi último libro, El sexo en la Biblia, que se ha publicado el pasado mes de febrero, dedico un capítulo de siete páginas con textos de la Escritura condenando la violación. ¿Cómo pueden ir mis ideas en contra de esos textos, si la Biblia es el amado libro que ha sustentado mis creencias y mi vida a lo largo de años?

Si alguien ha deducido lo contrario de mi artículo lo lamento sinceramente, y me ratifico en las creencias que he mantenido a lo largo de toda mi existencia y mantengo en la última farra de mi vida: la violación de una mujer es un atentado contra las leyes de Dios y enemiga de la vida misma, destrucción de lo creado.

Estoy totalmente, absolutamente en contra de la ofensa que se comete contra una mujer al agredir sexualmente su cuerpo o su alma en contra de su voluntad.

Pido sinceras disculpas a las mujeres que se hayan sentido dolidas u ofendidas por mi artículo. Pero quiero decirles algo. He estado dirigiendo revistas desde el año 1956. En España, veinte años Restauración y diez años Alternativa 2000. Aquí las tengo, encuadernadas para quien quiera comprobarlo. En mi generación de escritores evangélicos ni uno de ellos ha escrito tanto como yo sobre los derechos de la mujer. Ninguno. Hasta llegar a dedicarle todo un número de Restauración, 44 páginas, defendiendo todos sus derechos, incluso el del púlpito, por el que recibí más protestas por parte de hombres líderes que en este caso de Dina. Si publicara la cantidad de artículos escritos en sentido positivo sobre la mujer formaría un libro de muchas páginas.

En resumen, declaro que estoy totalmente en contra de la violación de mujeres, como lo enseña la Biblia, y declaro que continuaré defendiendo sus derechos en todos los órdenes de la sociedad. Hasta los derechos de las mujeres (y hombres) que, sin conocerme, me juzgan sólo por las imprecisiones de un artículo que tal vez habría exigido una redacción más clara y contundente.

Estoy seguro que me harán justicia cuando lean la historia de Tamar, nuera de Judá, y pensarán de mí de manera diferente a como lo han hecho ahora.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Enfoque - La violación de Dina