“No existe incompatibilidad entre identidad evangélica y diálogo y encuentro”

Carolina Bueno presenta su candidatura a la Secretaría Ejecutiva de FEREDE, exponiendo sus ideas sobre la Federación, así como los retos y oportunidades para los evangélicos en España en esta amplia entrevista exclusiva.

Redacción PD , Daniel Hofkamp

MADRID · 22 DE ENERO DE 2021 · 12:00

Carolina Bueno Calvo.,
Carolina Bueno Calvo.

La próxima Asamblea General de FEREDE (3 de marzo) tiene por delante una decisión importante. Se trata de elegir al candidato o candidata que asumirá la secretaría ejecutiva de la Federación que representa a los evangélicos ante el Estado español, una labor que ha desempeñado Mariano Blázquez desde 1994 y que previsiblemente dejará en marzo de 2022 por motivo de su jubilación.

El pasado mes de diciembre la Comisión Permanente de FEREDE presentó a dos candidatos: Carolina Bueno Calvo y Jesús Pedrosa Cruzado. Ambos han aceptado la invitación de Protestante Digital de responder a algunas preguntas en las que explican su decisión de presentar la candidatura, su perspectiva sobre la FEREDE, sus percepción de la situación actual de las iglesias evangélicas, así como los retos y oportunidades que perciben para el pueblo evangélico en la actualidad.

En este primer reportaje presentamos las respuestas de Carolina Bueno Calvo. De 44 años, es Licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y actualmente ejerce como responsable y abogada del servicio jurídico de FEREDE. Es miembro de la Iglesia Evangélica Agua de Vida (La Vaguada-Madrid), está casada desde hace 17 años y es madre de dos hijos, una niña de 13 años y un niño de 9 años.

Este próximo lunes este medio publicará la entrevista con el otro candidato a la Secretaría Ejecutiva, Jesús Pedrosa.

 

Pregunta. ¿Qué te llevó a decidir presentar tu candidatura para la secretaría ejecutiva de FEREDE?

Respuesta. Antes del verano del 2019 no imaginaba que iba a presentar mi candidatura y a transitar este camino. Sin embargo, cuando una de las denominaciones de FEREDE me planteó que querían proponerme como candidata, por primera vez tomé en consideración, realmente y en serio, esta posibilidad. Me tomé unos meses para reflexionar y poner el asunto en oración junto con mi familia, los ancianos de mi iglesia, amigos… Tras unos meses de reflexión, decidí finalmente abrirme a esta posibilidad y presentar mi candidatura, porque quiero servir al Señor allí donde Él y las iglesias quieran.

“Mi vocación siempre ha sido ayudar a las iglesias a través de mi trabajo cotidiano”

Mi vocación siempre ha sido ayudar a las iglesias en todo lo que he podido a través de mi trabajo cotidiano. Mi deseo es seguir haciéndolo, con alegría, sea donde sea, bien sea con una mayor responsabilidad, desde la Secretaría Ejecutiva, o apoyando a otra persona que pueda ser elegida, o desde el lugar en el que Dios y las iglesias consideren más adecuado.

 

P. ¿Cómo valoras tu experiencia de trabajo en FEREDE hasta ahora?

R. Los 18 años que llevo trabajando en FEREDE me han permitido crecer mucho como persona, como profesional y como creyente, por lo que mi valoración es necesariamente positiva.

He aprendido mucho a diferentes niveles. Sé cómo se regula la libertad religiosa en España y en otros países, y cuál es el régimen jurídico aplicable a las distintas confesiones religiosas, he aprendido sobre la historia del protestantismo, he conocido a personas importantes e interesantes en puestos de autoridad del Gobierno y de las distintas Administraciones, y de otras confesiones y tradiciones religiosas.

Conozco bien FEREDE, cómo funciona, cómo se estructura y organiza, sus órganos, las personas e iglesias que lo conforman... He tenido la oportunidad de ver en profundidad cómo funcionan las distintas iglesias evangélicas en España, cómo se regulan, cuáles son sus retos, sus dificultades y problemas, y he tenido el privilegio de ayudar a muchas de ellas en una gran diversidad de asuntos. También he cobrado conciencia sobre la gran responsabilidad que asumen los pastores y demás personas que sirven en las iglesias, su compromiso, sus problemas y las muchas dificultades que enfrentan…

“Creo que FEREDE proporciona un espacio de diálogo y cooperación para buscar consensos”

He tenido el privilegio de conocer no solo mi iglesia local y mi entorno eclesial, sino iglesias evangélicas de las distintas denominaciones, de diversos contextos eclesiales y con diferencias teológicas en algunos asuntos. Esto me ha enriquecido enormemente como persona y como creyente, me ha enseñado a ser más flexible y tolerante, a escuchar y tratar de entender puntos de vista o convicciones de otros hermanos diferentes a las mías o a las de mi propia congregación.

Y, por último, he trabajado cada día en un ambiente cristiano que valoro mucho, rodeada de hermanos procedentes de distintas iglesias, denominaciones y contextos, que me han enseñado, que me han inspirado y que han supuesto una gran bendición en mi vida.

P. ¿Cuáles consideras que son los retos más importantes para los evangélicos en España actualmente?

R. Los retos que tenemos por delante son enormes, y en estos últimos meses aún más, con la situación que estamos viviendo de pandemia por el coronavirus. En un espacio reducido como este, me referiré al que en mi opinión es el reto principal que tenemos, que es el mismo de siempre: amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, desarrollando la Gran Comisión, predicando el Evangelio. Para ello, creo que necesitamos ser guiados de una manera especial por el Espíritu Santo de Dios y abundar en su fruto de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza, lo cual es tremendamente contracultural hoy en día, en una sociedad cada vez más polarizada, crispada, y llena de conflictos. Pero este fruto ha de ser lo que nos identifique, siguiendo el ejemplo de Jesús de Nazaret, llevando las Buenas Nuevas al mundo.

Puedo mencionar también que otro reto que tenemos es el de ser y hacernos más relevantes en nuestra sociedad, convertirnos en agentes de transformación, siendo de inspiración a otros, encarnando los valores del Reino, siendo constructivos y propositivos, no solo reactivos, sino siendo de los que comparten y aportan soluciones a los problemas de nuestra sociedad, y no instalándonos únicamente en el juicio o en la crítica; siendo sal y luz allí donde nos encontremos.

Y todo ello, defendiendo también nuestro derecho a ser y estar, a ser oídos, a expresar nuestras convicciones para que puedan ser tomadas en consideración, en el espacio privado y en el público. En este sentido, también tenemos el reto de defender el derecho de libertad religiosa del que disfrutamos en nuestro país, derecho que cada vez es menos valorado y, en consecuencia, menos respetado, con los graves peligros que ello comporta.

 

P. ¿De qué forma Ferede ha ayudado hasta ahora a enfrentar estos retos?

R. FEREDE ha realizado su función apoyando y ayudando a la Iglesia en su Misión de una manera muy importante, con aciertos y con errores, obviamente. Ha representado a las iglesias en las relaciones de cooperación con la Administración del Estado, alcanzando consensos entre las distintas denominaciones e iglesias en importantes asuntos, en un clima, casi siempre, de entendimiento, respeto mutuo, diálogo y cooperación, algo que muchas veces no es fácil de conseguir. En esta representación, FEREDE ha tenido la oportunidad de estar presente en muchos actos e instituciones importantes de nuestro país. Menciono como ejemplo, por su cercanía en el tiempo, la asistencia de FEREDE al acto de Estado que tuvo lugar el pasado mes de julio en homenaje a todas las personas que perdieron su vida por el coronavirus y sus familiares, así como a los profesionales que han luchado contra el virus. Ahí, junto con las autoridades públicas y representantes de toda la sociedad, también estábamos los cristianos evangélicos representados, para expresar nuestra cercanía con los que sufren.

“FEREDE ha velado, en la medida de sus posibilidades, por la libertad religiosa en nuestro país”

FEREDE ha velado, en la medida de sus posibilidades, por la libertad religiosa en nuestro país, de todos, y especialmente de los evangélicos, denunciando públicamente las situaciones más graves de discriminación aún existentes, insistiendo ante las autoridades de los cambios que todavía son necesarios para que podamos disfrutar de una auténtica igualdad en materia religiosa. Esta defensa a veces es claramente visible: con encuentros y peticiones concretas a los gobernantes, con uso de los medios de comunicación o, por ejemplo, cuando se han iniciado procedimientos judiciales que han finalizado con sentencias importantes (tales como la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que anuló un Plan General de Ordenación Urbana que restringía gravemente el establecimiento de lugares de culto en la ciudad de Bilbao, o la Sentencia del Tribunal Supremo que anuló el Real Decreto que mantenía la discriminación de aquellos pastores que no tienen pensiones de jubilación porque no se les permitió cotizar antes de 1999, o la Sentencia del Tribunal Superior de Madrid que deja claro que las iglesias no pueden ser equiparadas con espectáculos públicos o actividades recreativas). Pero en la mayoría de las ocasiones esta defensa es discreta y cotidiana, a menor escala, y consiste en auxiliar a muchas iglesias y pastores en los problemas que enfrentan cada día: dificultades con los papeleos propios de la iglesia (legalización, modificaciones registrales, etc.), problemas con las Administraciones, trabas para abrir o mantener abierto el local de culto de la iglesia, obstáculos para realizar un acto de evangelización en la vía pública, dificultades para recibir asistencia religiosa evangélica en un hospital o una cárcel…

También a través de FEREDE y sus distintas consejerías y organismos se trabaja para dar testimonio de nuestra fe, y para promover nuestra presencia en la sociedad: con la emisión de los programas evangélicos por televisión y radio (Consejería de Medios de Comunicación), mostrando a la sociedad quiénes somos los evangélicos y cuáles son algunas de nuestras iniciativas y proyectos; coordinando el servicio de asistencia religiosa en las prisiones, hospitales, CIES y establecimientos públicos similares (Consejería de Asistencia Religiosa); a través de coordinación de la acción social evangélica y desarrollando importantes proyectos sociales en beneficio de las personas más desfavorecidas de nuestra sociedad (Consejería de Acción Social-Diaconía); gestionando y coordinando la enseñanza religiosa evangélica (ERE) en los centros educativos de nuestro país (Consejo General de ERE); tomando iniciativas para la protección de los lugares de culto (Consejería de Lugares de Culto), creando plataformas para promover la evangelización de nuestro país y el establecimiento de nuevas iglesias (Plataforma Puedes), etc.

Igualmente, y cuando las iglesias lo consideran, FEREDE sirve como instrumento para realizar acciones conjuntas de testimonio común de todos los evangélicos. Un ejemplo relativamente reciente fue la coordinación y el impulso del 500º Aniversario de la Reforma Protestante en el año 2017.

En definitiva, creo que FEREDE es una herramienta muy valiosa y útil para las iglesias de nuestro país, que se encuentra a su disposición, con una estructura y funcionamiento que, como todo, puede ser mejorado, pero que proporciona un espacio de diálogo y cooperación para buscar consensos entre las distintas iglesias y denominaciones evangélicas y que posibilita así su adecuada representación.

P. Todo cambio de persona en un cargo de relevancia supone cierta renovación. En caso de ser elegida secretaria ejecutiva ¿qué crees que aportarías, y cuáles serían las prioridades en tu gestión?

R. Las circunstancias y la sociedad evolucionan a velocidades de vértigo, quién nos iba a decir los retos que tendríamos que afrontar en este año que acabamos de terminar… Me parece prematuro concretar las cuestiones prioritarias que afrontaría de ser elegida, teniendo además en cuenta que, en un primer momento, habría una etapa de transición como adjunta al actual Secretario Ejecutivo.

“Seguiré potenciando que la Secretaría Ejecutiva de FEREDE esté conformada por un equipo de personas que trabajen juntas, en red, coordinadas”

Lo que tengo claro es que aportaré toda la ilusión, y todo el trabajo y dedicación de la que sea capaz, con mi personalidad y forma de ser reflexiva, conciliadora y tolerante. También seguiré potenciando que la Secretaría Ejecutiva de FEREDE esté conformada por un equipo de personas que trabajen juntas, en red, coordinadas, guiadas por las directrices de la Comisión Permanente y la Comisión Plenaria de FEREDE. Esto es algo que ya ha iniciado el actual secretario ejecutivo, Mariano Blázquez, y me gustaría seguir impulsando, para que no conste solo el trabajo de una sola persona, sino el de un gran equipo de trabajo.

También tengo claro que me gustaría seguir enfatizando y avanzando en la defensa de la libertad religiosa en nuestro país, de todos, pero especialmente de los evangélicos. Esta es una tarea que me parece fundamental, a través de todos los medios y formas posibles, incluido el seguimiento y mejora de nuestros Acuerdos de Cooperación, para que los evangélicos en España gocen de todos los derechos y libertades que supuestamente reconocen las leyes, pero que en ocasiones no son plenamente efectivos. También seguir trabajando para que los evangélicos sientan que hay una entidad que pueda representar a las iglesias dignamente, y vincularlas jurídicamente en las relaciones de cooperación con la Administración del Estado.

Me gustaría también enfatizar el trabajo en pro de buscar y procurar un espacio de entendimiento, respeto mutuo, diálogo y cooperación entre las distintas iglesias y denominaciones evangélicas, tal y como se viene haciendo hasta ahora, con el fin de alcanzar algunos consensos importantes, emprender iniciativas conjuntas para el bien de nuestro pueblo y para aportar, construir y ser de buen testimonio en el mundo que nos rodea.

Por último, es necesario hacer algo más para que los evangélicos conozcan mejor la Federación. Existe un gran desconocimiento sobre su trabajo y sus funciones y, a veces, el conocimiento que se tiene está distorsionado. FEREDE es una organización compuesta por todas las iglesias, y me gustaría potenciar el acercamiento y la participación en ella de las iglesias y sus miembros.

 

P. Está claro el papel de Ferede y las entidades que dependen de ella como interlocutora ante el Estado, ¿cómo consideras que se complementa con la labor de otras entidades representativas, de obra social, evangelización, etc?

R. Cada entidad u organización tiene su espacio, su lugar y su papel, y todos debemos remar en la misma dirección, respetándonos en la diversidad que tenemos, que nos enriquece, y ayudándonos para, finalmente, alcanzar ese objetivo común que comentaba al principio de amar a Dios y al prójimo, y de predicar el Evangelio. En ese sentido, creo que cada entidad puede aportar desde su específica misión o función, y por supuesto la labor de FEREDE puede ser complementada, como de hecho lo es, por otras organizaciones evangélicas, con muchas de las cuales hay una importante colaboración que, por supuesto, me gustaría incrementar y potenciar.

“Es muy especial que dispongamos de este espacio en el que poder encontrar una cierta unidad en la diversidad que nos caracteriza”

Independientemente de lo anterior, está claro que FEREDE, al aglutinar a la mayoría de las iglesias evangélicas, es una organización única, que no existe en la mayoría de los países, y que es tomada como referencia por otros evangélicos en muchos países de nuestro entorno. Es muy especial que dispongamos de este espacio en el que poder encontrar una cierta unidad en la diversidad que nos caracteriza. Por ello, creo que debemos aprovechar y potenciar este instrumento del que disponemos para tener más fuerza, para mejorar nuestra capacidad de acción y conseguir objetivos comunes.

 

P. En la última Asamblea General surgió el debate de si el papel de Ferede cara a las denominaciones e iglesias es servir de plataforma de diálogo y encuentro entre las entidades miembros o si debe asumir un rol de mantener una identidad evangélica. ¿Cuál es tu parecer?

R. Mi opinión es que FEREDE ha de servir para ambas cosas: como plataforma de diálogo y encuentro para las iglesias y entidades evangélicas, y para respetar y proteger, con generosidad, la identidad evangélica que nos es común. No creo que estas funciones sean excluyentes, pues no existe incompatibilidad entre identidad evangélica y diálogo y encuentro, y por ello puede trabajarse en ambas direcciones.

P. El Gobierno pone entre sus prioridades el desarrollo de una nueva Ley de Libertad de Conciencia para este año. ¿Hay algún elemento que consideres que pueda incluirse en esta ley, para mejorar la situación de libertad de conciencia y religiosa en nuestro país?

R. Hay muchos elementos que podrían incluirse para mejorar la situación de la libertad religiosa. Por mencionar alguna, sería necesario que estableciese un estatuto común igual para todas las confesiones y entidades religiosas, sin privilegios ni discriminaciones, de tal forma que los acuerdos de cooperación quedasen para regular las especialidades y particularidades de cada confesión. Haría un especial énfasis en la necesidad de igualdad, para que todos los ciudadanos, en la medida de las posibilidades, podamos tener los mismos derechos con independencia de las creencias que profesemos.

“No existe incompatibilidad entre identidad evangélica y diálogo y encuentro”

Por otro lado, sería importante avanzar en la neutralidad de los poderes y cargos públicos, de tal forma que los actos de Estado no se encuentren vinculados con una sola confesión religiosa. Esto no significa que no se pueda dar participación a las confesiones religiosas. Tampoco significa que los cargos públicos no puedan asistir a un acto religioso. Pueden hacerlo, pero siempre respetando y considerando la diversidad y pluralidad de la sociedad y siempre teniendo en cuenta el principio de igualdad. Es decir, que un cargo público puede asistir si es invitado, por ejemplo, a actos de distintas confesiones religiosas en representación del poder público que ostenta. Lo que no debería hacer es ir, solamente, a los actos de una sola confesión religiosa.

También creo que esta ley podría mejorar la protección de los lugares de culto. El derecho a establecer estos lugares está especialmente protegido por nuestra Constitución y por la actual Ley Orgánica de Libertad Religiosa. Sin embargo, en la práctica, la situación de los lugares de culto queda en manos de los Ayuntamientos y alcaldes que, en algunas ocasiones, se niegan a que se abran iglesias evangélicas en su territorio. La nueva ley, de aprobarse, podría prever variadas disposiciones para proteger mejor este derecho.

“Sería importante avanzar en la neutralidad de los poderes y cargos públicos”

Considero que sería importante que se mantuviera el contenido de la actual Ley Orgánica, aunque podría mejorarse. Pero, por ejemplo, es fundamental que se mantenga el reconocimiento de la plena autonomía de las confesiones para establecer sus propias normas de organización, régimen interno y régimen de su personal, pudiendo tener cláusulas de salvaguarda de su identidad religiosa y carácter propio para el respeto de sus creencias. Esta autonomía es necesaria para la garantía de la libertad religiosa, de la aconfesionalidad y neutralidad del Estado, y la salvaguarda de la separación entre el Estado y las confesiones religiosas.

No obstante, y para terminar, pienso que la actual Ley Orgánica de Libertad Religiosa es una norma valiosa, y que no es estrictamente necesaria su modificación para avanzar en muchas de las cuestiones mencionadas, que pueden mejorarse con normativa de rango inferior. Viendo el panorama político actual, puede ser difícil que se produzcan los consensos necesarios para la aprobación de una nueva ley orgánica, así que desde FEREDE hay que reivindicar los cambios necesarios, bien sea por medio de esta ley o a través de otras normas o medidas que sean adecuadas para ello.

 

El currículum completo de Carolina Bueno Calvo se puede consultar aquí.

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