Prostitución y trata no pueden ser entendidas como fenómenos separados: ambos van de la mano y el futuro de la lucha contra la trata dependerá, en gran parte, de cómo la sociedad en conjunto responda ante la prostitución, un debate todavía sin resolver en España donde esta sigue en una situación de alegalidad, y donde todavía hay una amplia aceptación social del fenómeno.

Así lo explicaron los participantes del seminario “#StopDemanda: claves para desincentivar el consumo de prostitución y prevenir la explotación sexual y la trata”, organizado por Diaconía Madrid, cuya inauguración tuvo lugar este martes 13 de abril en CaixaForum Madrid. Se trataba del primer encuentro de una serie que se desarrollará en próximos meses con ponencias, paneles de debate y propuestas cuyo objetivo es configurar una respuesta que ayude a erradicar la lacra social de la trata apuntando a diversos factores, entre ellos la desincentivación del consumo del sexo mercantilizado. En España, miles de hombres pagan a diario por sexo, en un negocio que mueve unos 5 millones de euros al día.

 

La ley sueca como modelo

En la mesa inaugural -con la moderación del presidente de la Alianza Evangélica Española, Marcos Zapata- se encontraba Cristina López-Cobo, directora General de Igualdad de la Comunidad de Madrid, que describió a la trata con fines de explotación sexual como “la esclavitud del siglo XXI”, y recordó que España “está a la cabeza de los países de Europa en consumo de prostitución, considerándose el burdel de Europa. Los factores principales a tener en cuenta son la pobreza, las mafias, pero también los consumidores”.

Cristina López-Cobo destacó la labor de la administración acogiendo y ayudando a las víctimas, pero admitió que al analizar las causas “suele enfatizarse el factor de la mujer prostituida. Pero el cliente suele quedar oculto. Ahí es donde debemos enfocarnos”, apuntó.

Un ejemplo de intervención legislativa contra la clientela de la prostitución se ha llevado a cabo en Suecia, donde desde 1999 se castiga al consumidor de prostitución. El embajador de Suecia Teppo Tauriainen explicó de qué forma se ha articulado esta norma y sus resultados positivos.

En Suecia, la ley abolicionista cuenta actualmente con un 80% de apoyo popular.

“No diría que tengamos la solución, pero creo que hemos hecho algo que es exitoso. En su momento fue una decisión difícil pero importante. El punto de partida es que la ley contra la compra de servicios sexuales tiene una sólida base de género: la prostitución es una forma de opresión hacia las mujeres y niñas. La trata y la prostitución no se pueden ver como un fenómeno separado”, mantuvo el diplomático sueco.

Tras dos décadas de aplicación de la ley “se ha podido concluir que el número de personas que ejercen la prostitución en las calles descendió a la mitad en diez años. La prostitución a través de Internet sí ha aumentado en este período, pero al igual que en otros países. Sin embargo está más extendida en otros países, en comparación con Suecia”, afirmó Tauriainen.

Además “el efecto de la criminalización de la compra de servicios sexuales ha impedido el establecimiento de la delincuencia organizada”, expuso, considerando esto otra muestra del acierto de la norma.

 

Un cambio cultural

Sin embargo, para Tauriainen el efecto más importante es el “cultural”, dado que desde que se aprobó la ley, la perspectiva sobre la prostitución ha cambiado. “La idea de que la prostitución no es compatible con los derechos humanos, ha cambiado el punto de vista de los suecos sobre la prostitución. Cuando entró la ley en vigor, el apoyo era de un 50%. Hoy el 80% la considera positiva”, afirmó.

Así que ahora en Suecia se da “un consenso en cuanto a que la prostitución no es un trabajo: es explotación sexual. Tenemos la convicción de que criminalizar la compra de servicios sexuales frena la trata. Estamos dispuestos a colaborar y trabajar con España y con cualquier otro país al respecto”, concluyó Tauriainen.

La mesa contaba también con representación evangélica. El Secretario Ejecutivo del Consejo Evangélico de Madrid, Manuel Cerezo, recordó el ejemplo del abolicionista Julio Vizcarrondo, que inspira a los evangélicos hoy a oponerse a cualquier forma de opresión. Daniel Urrutia, presidente de Diaconía Madrid, enfatizó la importancia de que los hombres se impliquen en esta lucha. “Los hombres somos los principales consumidores de prostitución. ¿Dónde estamos los hombres? Deberíamos luchar contra la prostitución. Si los actores principales no estamos comprometidos, no llegaremos lejos”, afirmó Urrutia.

 

Un fenómeno injertado en el sistema global

La conferencia principal del evento estuvo a cargo de Rosa Cobo Bedia, profesora titular de Sociología del Género en la Universidad de La Coruña y directora del Centro de Estudios de Género y Feministas.

Cobo es un referente en el estudio de la prostitución en España y sus implicaciones en el ámbito social y económico, con varios libros de referencia al respecto. Cobo definió la prostitución como “un fenómeno social que surge de un sistema en el que los varones tienen una posición de hegemonía sobre las mujeres”. Y actualmente este fenómeno no solo tiene una “dimensión patriarcal”, sino que se trata de “una industria global que se mueve en el contexto de la economía criminal: es una industria internacional que está organizada en forma de red”.

Para la socióloga, hablar de “industria del sexo” se ha quedado corto. “Hay que hablar de la industria de la explotación sexual, ya sea que hablemos de pornografía o prostitución”, dado que estas surgen en un contexto en el que el capitalismo neoliberal y la globalización la hacen posible.

Cobo: “La prostitución se sustenta en un sistema global mercantilista e injusto”.

Cobo desarrolló un marco teórico para explicar cómo la prostitución está impulsada por relaciones de poder que se manifiestan en diversas variables. “La mayoría de las mujeres que están en prostitución (adolescentes, 13-14 años) pertenecen a comunidades raciales que Occidente ha inferiorizado. Por ejemplo, si tomamos un burdel y estudiamos lo que ocurre, a través de las mujeres que están allí, entenderemos las relaciones entre norte-sur, pobreza-riqueza, trata, economía criminal. La prostitución no nos habla solo de la prostitución, sino del sistema injusto que la sustenta”, añadió.

Es así como la prostitución se nutre del concepto de mercantilización del cuerpo de las mujeres. “Hoy se asigna una sobrecarga sexual en las mujeres. Lo vemos en el nuevo canon de belleza, el significado de las cirugías, gimnasios, pornografía, industria de la moda… Todas las mujeres estamos sometidas a procesos intensos de sexualización. Estos procesos llevan a una cultura de la prostitución. Hay un caldo de cultivo para que surja una prostitución normalizada. Si la prostitución goza de legitimidad social, es porque hay una cultura que entiende que es como si fuera un contrato libre”, denunció Cobo. Porque “si no se crea una cultura de la mercantilización, entonces es muy difícil que se pueda considerar la aceptabilidad de la prostitución, la pornografía o los vientres de alquiler”.

 

El elemento olvidado: el prostituidor

Para articularse a nivel mundial, la prostitución -que se nutre de la trata- utiliza canales semilegales, amparados en el mismo sistema mundial globalizado. “Es fácil entender que la prostitución no es resultado de una elección libre, ni en el origen está exclusivamente la pobreza, sino que las élites económicas alientan la industria de la explotación sexual. EuroVegas era esto: juego y prostitución. Es por eso que la prostitución es una industria global. Hay un sistema que promueve este mercado global”.

La socióloga apuntó que la prostitución tiene “tres patas: proxenetismo, burdeles y prostituidores”. Y a estos últimos, los consumidores de prostitución, “la sociedad debe ponerlos ante el espejo para que sepan que abusar sexualmente de una mujer en vulnerabilidad y pobreza no está bien”.

Cobo: “La sociedad debe poner a los prostituidores ante el espejo para que sepan que abusar sexualmente de una mujer en vulnerabilidad y pobreza no está bien”.

Para Cobo, ya estamos en ese camino gracias a que cada vez más personas son conscientes de esta situación y están dispuestos a tomar parte. “Cuando la prostitución no sea una realidad tolerada, no sea una realidad legal, cuando el abolicionismo sea la única política -dentro de unas décadas- comprenderemos que la prostitución ha sido una de las grandes esclavitudes del siglo XXI”, concluyó.

Tras la conferencia, se desarrolló un breve coloquio en el que la profesora Cobo apuntó a aplicar el modelo sueco en España. Pero para aplicarlo reconoció que será necesario unir fuerzas entre distintos sectores de la sociedad. “No será posible si no hay una alianza muy fuerte de fuerzas sociales diferentes en la misma dirección. No es suficiente con que algunos partidos políticos lo sean, sino una alianza fuerte en la sociedad civil, con quienes entiendan que la solución es el abolicionismo, no el prohibicionismo. Tenemos que ser capaces de tejer una alianza fuerte con sectores distintos ideológicamente”.

Finalmente se enfatizó la importancia de que, unida a la iniciativa legislativa, se desarrollen además estrategias de educación afectivo-sexual en igualdad. “Debemos reestructurar la educación de forma que la igualdad entre niños y niñas se convierta en el corazón del sistema educativo. La educación afectivo-sexual es lo contrario a la pornografía. Planteamos introducir elementos de respeto, empatía y solidaridad entre niños y niñas. Que haya un compromiso emocional en cualquier contacto sexual”, matizó Cobo.

En cuanto al camino de las leyes, Cobo apoyó la iniciativa de una ley abolicionista que incida en el “cliente”. “Hasta hace diez años, el prostituidor estaba invisibilizado. Pero ahora lo colocamos en el mapa. Es importante identificar al prostituidor, porque deben recibir el mensaje de que no es aceptable este tipo de relación basada en la violencia y el abuso”.

El seminario #StopDemanda, una iniciativa de Diaconía Madrid, se desarrollará durante los próximos meses con diversos talleres enfocados en aspectos concretos de la lucha contra la trata (15 de junio) y el análisis de los modelos legislativos en Europa (13 de mayo), finalizando con una mesa de coloquio (14 de septiembre) en la que se analizarán las claves para desincentivar el consumo de prostitución y prevenir la explotación sexual y la trata.