“Entre los líderes en España, hay un amplio consenso en que la iglesia debe escuchar mucho más”

El comité del Movimiento Lausana en España ha publicado el resumen de las respuestas a las preguntas lanzadas como preparación para el IV Congreso Mundial de 2024.

Redacción PD

BARCELONA · 07 DE SEPTIEMBRE DE 2021 · 13:15

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Las respuestas sirven de preparación para la IV Conferencia Mundial de Lausana, prevista para 2024. / Emmanuel Acua, Unsplash

Las personas inscritas al encuentro Lausana Europa 2021 y los líderes de diferentes ministerios juveniles en España recibieron, el pasado 15 de junio, un cuestionario con cinco preguntas preparatorias para el IV Congreso Mundial de Lausana, que se celebrará en el sudeste asiático el año 2024. Ahora, el comité del Movimiento Lausana en España ha hecho público un resumen de las respuestas obtenidas. 

Las cuestiones planteadas trataban de abordar las lagunas más significativas en el avance de la Gran Comisión en el país, las innovaciones más significativas que se han producido para ello hasta ahora, las áreas en las que es necesaria una mayor colaboración, aquellas realidades de las que se necesita más investigación y los sector de población y los colectivos eclesiales a los que se debería escuchar también en el desarrollo del proceso. 

A partir de esta estructura de cinco puntos, el comité del Movimiento Lausana en España, cuyos integrantes han firmado el documento, ha plasmado lo que considera “las tendencias” más generales de las respuestas obtenidas por los participantes en el cuestionario.

“Un modelo de iglesia en la que el discipulado sea central”

La mayoría de los líderes en España que han respondido a la consulta, puede leerse en el documento, coinciden en la falta de visión por el discipulado como una de las principales carencias a la hora de desarrollar la Gran Comisión en el país. Esto, añaden, está vinculado a un modelo de iglesias que se preocupa más “por lo que ocurre en el edificio, especialmente en domingo, que de lo que ocurre en el resto de espacios en los que están los creyentes, el resto de días de la semana”. 

“Algunos [líderes] resaltaron que una de las mayores dificultades para hacer discípulos es la división sagrado-secular”, puede leerse en el texto. Por eso, remarcan, en la respuestas se habla “de un modelo de iglesia en la que el discipulado sea central por encima de otros aspectos que hoy compiten por ocupar el tiempo de los líderes y responsables”. “Hablaron de una iglesia en la que hay más comunidad, más relaciones, en lugar de estar centrada en el local, el culto, sus programas y actividades”, añaden.

Algo que preocupa también al liderazgo que ha respondido al cuestionario es que “la iglesia se ha separado de la realidad de su contexto” y “ya no habla de forma comprensible, de aquellas preocupaciones que tienen las personas a su alrededor”. “Debemos perder miedo a relacionarnos con los que están fuera de la iglesia, porque nuestra misión es hacia fuera. Hay barreras artificiales creadas entre iglesia y sociedad, en lugar de construir puentes de diálogo con la sociedad. Algunos hablan de la iglesia como un gueto o como una burbuja”, lamentan desde el comité del Movimiento Lausana en España. 

En este sentido, entre las respuestas se observa como un aspecto positivo la irrupción de la tecnología en el panorama eclesial, a raíz de la pandemia, y se reconoce la necesidad de “recuperar la confianza en la comunicación verbal del mensaje del evangelio”, en referencia al alcance de católicos y musulmanes, y también a las regiones más despobladas del país.

Oportunidades en la tecnología, la inmigración y el servicio a la comunidad

Hay tres ejes de oportunidades para el desarrollo de la Gran Comisión que se identifican en las respuestas al cuestionario. El primero es la tecnología, con diferentes voces expresando la necesidad de llevarla más allá de la retransmisión de cultos, otras abogando por la producción de contenidos más profesionales y algunos guardando recelos sobre el alcance de lo virtual y alertando contra una posible saturación.

En segundo lugar, la mayoría de los líderes que han respondido a las preguntas “ven en la inmigración una de la grandes oportunidades para el evangelio en nuestro país”. Sin embargo, reconocen los retos que suponen las barreras culturales. “Hasta ahora las iglesias y los misioneros venidos del Mundo de la Mayoría han sido eficaces en la plantación de nuevas iglesias de membresía étnica, pero han tenido un impacto casi nulo en la población autóctona”, se lee en el texto.

Por último, también reconocen el impacto social de la iglesia en el contexto de la pandemia y aseguran que esa “misión integral” seguirá siendo necesaria en el escenario que quede después. “La misión de Dios ha llevado a la iglesia a explorar vías de servicio a la comunidad durante decenios, es importante que lo siga haciendo para marcar una diferencia”, subrayan desde Lausana España.

“Se detecta la dificultad de concretar áreas de mayor colaboración”

La colaboración en estrategias comunes, incluso a nivel económico y comunicativo, es una de las grandes preocupaciones entre los líderes españoles, según reflejan las preguntas al cuestionario de Lausana. “Algo que se detecta es la dificultad de concretar áreas de mayor colaboración más allá de la evangelización y las estrategias de comunicación”, dicen. 

“Muchos [líderes] hablan de la necesidad de colocar la misión en primer plano, lo que implica dejar a un lado otros temas en los que puede haber divergencias y puede que estas sean legítimas. Las instituciones y las denominaciones deben estar al servicio de la misión y nunca al contrario. Las mayores necesidades para que esto suceda son la necesidad de mayor visión y de una estrategia común”, se lee en el documento. Como ejemplo práctico, citan el caso de las iglesias en la provincia de Córdoba, que se unieron para llevar el evangelio a toda la demarcación y abrir nuevas congregaciones.

Para ello, ven el ámbito local como una oportunidad en la que comenzar a establecer esas colaboraciones, y también reconocen la necesidad de cooperación y humildad entre los líderes. “Varios han señalado que los jóvenes son los que menos obstáculos presentan para que la colaboración se produzca”, puntualizan.

Mayor investigación

Otra necesidad primordial que el comité del Movimiento Lausana en España entiende de las respuestas recibidas es la de la investigación sobre la cultura de la sociedad, los sectores de la población menos alcanzados, los colectivos de migrantes y refugiados que han llegado en los últimos años y el impacto de la pandemia en la espiritualidad de las personas. “Hay estudios seculares sobre algunos aspectos de la espiritualidad pero muchas veces no responden a los contenidos que necesitamos para contactar mejor con la población del país”, aseguran.

“Necesitamos saber sobre los valores, inquietudes espirituales, diálogo fe y cultura, cuál es la percepción sobre los evangélicos por parte de la sociedad. Hay también una necesidad sentida de conocer los referentes culturales de la sociedad”, resumen. También se preguntan si “han habido cambios en la percepción de los españoles de su necesidad espiritual como consecuencia de los confinamientos” y “cómo se puede pastorear desde la hospitalidad las necesidades” de las personas que están llegando al país.

“Para ganar el derecho a proclamar, la iglesia debe activar un proceso de escucha”

Desde el comité del Movimiento Lausana de España afirman que, entre los líderes del país, “hay un amplio consenso en que la Iglesia debe escuchar mucho más”. “Para ganar el derecho a proclamar debe previamente activar un proceso de escucha mucho más profundo”, añaden.

De las respuestas, matizan, “no quedan muy claros los mecanismos que debe poner en marcha para esta escucha, es un trabajo por concretar”. “Los líderes sienten que hemos sido una iglesia que ha puesto todo el énfasis en la proclamación pero que ahora debe hacer un esfuerzo de escucha tanto hacia el exterior como a sectores concretos del interior”, añaden.

El 25% de las respuestas incluyen menciones a la necesidad de escuchar a la sociedad exterior a la iglesia, y el 13% también añaden las minorías étnicas, sobre todo el pueblo gitano, en el que ha pensado un 8% de los participantes. Dentro de los colectivos de la iglesia, los colectivos a los que se pide escuchar más son las mujeres (15%) y los jóvenes (9%), seguidos de los niños y la tercera edad (un 4% cada uno). En un 11% de las respuestas se pide escuchar más a quienes tienen su lugar de misión en el trabajo, y en un 4% a quienes dejaron la iglesia anteriormente.

 

Puedes consultar el documento íntegro aquí.

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