“El salto de altura es una plataforma para dar a conocer a Jesús”

La australiana Nicola McDermott rompe el récord nacional de 2 metros y se clasifica para los Juegos Olímpicos de Tokio. Ella y otros atletas tienen como objetivo “ver a más deportistas transformados por Jesús”.

Redacción PD

Eternity News, Evangelical Focus · SIDNEY · 12 DE MAYO DE 2021 · 20:37

La atleta australiana Nicola McDermott. / Facebook Nicola McDermott,
La atleta australiana Nicola McDermott. / Facebook Nicola McDermott

La saltadora de altura australiana Nicola McDermott se convirtió recientemente en la primera mujer de su país en romper la barrera de los dos metros.

Con ese récord, McDermott se clasificó para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio, junto con Eleanor Patterson, quien había poseído el récord australiano de 1,99 m, pero se perdió los campeonatos nacionales debido a una lesión.

Luego de la victoria, la saltadora australiana, que es cristiana evangélica, señaló que su inspiración provino de un versículo de la Biblia que se ha tatuado en la muñeca.

“Lo que estaba escrito fue que los corazones intrépidos nacen en el amor perfecto. Y eso es de Jesús y 1 Juan 4:18”, dijo McDermott al periódico australiano The Northern Star.

Explicó que ella “siempre tuvo miedo de los dos metros. Sabía en mi cuerpo que podía superar esa altura, pero el aspecto del miedo del salto de altura es lo que te afecta mentalmente”.“Jesús puede usar a la gente común para hacer las cosas más extraordinarias”

Pero el día de la competición, “salí y dije que no, no tengo miedo porque sé que soy amada, salgamos y hagámoslo”, dijo McDermott.

“Cuando me miré las manos y volví a mirar la barra y sonreí, supe que ya lo tenía. Tenía una fe inquebrantable. Ya no temía una altura que me había abrumado 7 semanas antes”, escribió en su sitio de Facebook.

Ese mismo día, McDermott recibió el premio Betty Cuthbert a la mejor actuación individual en el Campeonato 2021 en la Gala de los premios de atletismo de Australia.

“Para mí, este premio supone un mensaje muy fuerte de que Jesús puede usar a la gente común para hacer las cosas más extraordinarias, cuando tu corazón está en el lugar correcto, todo es posible para los que creen”, subrayó la saltadora australiana.

 

“El salto de altura es una plataforma para dar a conocer el amor del Rey”

McDermott comenzó a competir desde muy joven y “en la búsqueda del éxito deportivo, hubo un gran punto de inflexión en mi carrera cuando me di cuenta de que ninguna medalla de oro podía traer una satisfacción duradera a mi corazón”, dice en su sitio web.

“Me presentaron a Jesús, no solo el tipo de reunión religiosa que se presenta una vez a la semana, sino de forma íntima, que desborda un amor por ver Su voluntad hecha en cada nación, estadio, escuela, iglesia y comunidad a la que puedo viajar”, explica.

Desde entonces, el salto de altura, que “alguna vez fue una pasión impulsada por el desempeño para darle sentido a la vida”, se convirtió en “una plataforma gloriosa para hacer que el amor imparcial y constante del Rey sea conocido en todo el mundo”, señala McDermott.

“Cuando Cristo entra en tu vida, te sana y, a través de la libertad que te da, puedes vivir y ser feliz. Ahora cuando salto sé que, gane o pierda, todo es para la gloria de Dios”, dijo la atleta en un video para la Sociedad Bíblica.

Coronas eternas

McDermott, junto con otros atletas cristianos, fundó “Everlasting crowns”, un ministerio que tiene como objetivo “ver a los compañeros atletas transformados por el amor perfecto de Jesús, plantados en iglesias y discipulados para ser una bendición en cada lugar al que sean enviados”.

El ministerio se basa en 1 Corintios 9: 24-27 y llevan a cabo estudios bíblicos y reuniones en todo el mundo. “El llamado a ministrar y compartir los testimonios de Dios moviéndose en el mundo del deporte ha ido en aumento”, explica McDermott, por lo que ha trabajado en estrecha colaboración con organizaciones cristianas e iglesias locales de todo el mundo “para ayudar a compartir el evangelio con todos”.

Uno de esos ministerios es la Sociedad Bíblica de Australia, con quien colaboró ​​en abril de 2018, justo antes de ganar un bronce en los Juegos de la Commonwealth.

Ella escribió: “En el atletismo, a veces se puede saber quién es el entrenador de un atleta simplemente observando su técnica. Un entrenador puede tener una cierta idea y enseñar en consecuencia. Una vez que el entrenador tiene algunos atletas capaces de replicar eso, pueden enseñarles y desarrollarlos más para convertirse en un equipo de élite”.

“Para que Dios nos enseñe, tenemos que recibir Su Espíritu. Al recibirlo, somos adoptados en una familia de creyentes valientes, reconocidos como hijos de Dios no por lo que hacemos, sino por cómo vivimos nuestras vidas. Una vida libre y sin miedo es la huella divina de nuestro poderoso Maestro”.

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