Como palomas mensajeras

Salgamos sin más con el mensaje del Señor traducido a la lengua asequible que cada cual posea.

13 DE NOVIEMBRE DE 2020 · 09:30

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Foto de Fraser Cottrell en Unsplash.

“Las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se multiplican”.

Concepción Arenal

 

Seamos como palomas mensajeras, poseamos el don de conocer el camino de ida y vuelta. Cada encargo que entreguemos, ya sea a ras de tierra, por encima de las montañas o sobre mares y océanos, contenga esperanza y verdad a pesar de las dificultades que engendra. Hagamos nuestro trabajo sin titubear, en línea recta. No importa que nuestra misión nos exponga a ser el centro de la mirada de los portadores del tiro de gracia, esos que nos miran mal, que se ríen, que se alimentan de lo bueno que encuentran con el fin de aniquilarlo al transformarlo en malo. 

No pidamos ni exijamos nada a nadie. Trabajemos con lo que tengamos cada día, sin bolsa, ni alforja, ni sandalias de repuesto. Salgamos sin más con el mensaje del Señor traducido a la lengua asequible que cada cual posea. No estamos solos. La humanidad nos acompaña si bien no toda nos apoya. Compartamos la tarea que logre cambiar en cada uno su presente y su futuro.

Somos cristianos cuya misión es ser ejemplo de lo que creemos y propagar con respeto la voz del Señor a todo el que sienta vacío su interior y desee escucharlo, apropiárselo; que su mensaje de salvación sea un camino luminoso de amor y compasión, que llegue a múltiples destinos. Oremos para que los receptores dejen trabajar al Espíritu Santo, que inunde sus mentes y corazones de tal manera que, los que antes no nos conocíamos de nada, desde cualquier lugar del mundo lleguemos a ser hermanos que compongan el mensaje de las buenas noticias que Dios nos envió a través de su hijo Jesús, quien nos espera inmutable con sus brazos abiertos a las puertas de su reino.

Nuestro tiempo aquí es efímero. Procuremos que cuando ya no estemos puedan decir de nosotros:

Ese dulce mensajero murió como vivió, como enseñó: no para redimir a los hombres, sino para mostrar como se debe vivir. Jesús lo que dejó como legado a la humanidad es una práctica (Nietzsche).

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